La casa al final del final del puente, que se ve entre los árboles, a orillas del guadalquivir a su paso por el puente del Obispo, es de mis familiares, donde pasé veranos, navidades y todavía visito; desde ahí, desde ese sitio, empecé a escribir con 12 años.
A veces paseando, a veces sentado a la sombra de un olivo, como veis en esa fotografía, un campo de olivos en el Puente del obispo. Qué tiempos aquellos.
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