Extraordinaria historia: la poesía le permite a ese recluso dejar la prisión y firmar la antología que lo incluye. Le debe al poema ese día de libertad. Que la poesía abra las puertas de la prisión es algo que sólo ocurre en la poesía. El taller de escritura se debe al lugar donde se produce, está situado en su contexto, para excederlo. Por eso, siempre he creído que la poesía pertenece a un tiempo verbal futuro. Al leerla se actualiza, pero acontece en el porvenir, donde las palabras hacen nuevo ámbito. Varios escritores norteamericanos han formado parte de proyectos culturales dedicados a los presos, que incluyen el taller de escritura. En Lima, la poeta Rocío Silva Santisteban promueve un concurso de escritura creativa entre los presos. Pero lo que cuenta Abelardo es único.
(Publicado en el blog literario "El boomerang" esta semana)
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